La franquicia Transformers comenzó en 1984 con una línea de juguetes producida por Hasbro y Takara Tomy, acompañada de una serie de cómics y una serie animada que ayudaron a construir su universo. Desde el principio, los humanos jugaron un papel importante en la historia, sirviendo como aliados, testigos y, en ocasiones, como puente entre los Autobots y los Decepticons.

Aunque los Autobots protegían a la humanidad, no todos los humanos confiaban en ellos. Algunos veían a los Transformers como una amenaza, lo que añadía capas de complejidad a la relación entre ambas especies. A pesar de ello desde el principio, la franquicia exploró cómo los humanos y los Autobots podían trabajar juntos para proteger la Tierra, a pesar de sus diferencias.



La relación entre humanos y Transformers ha sido un pilar fundamental de la franquicia desde sus inicios. Ya sea en los cómics de Marvel, la serie animada G1 o las adaptaciones posteriores, esta dinámica ha explorado temas universales como la amistad, la confianza y el miedo a lo desconocido. Los humanos no solo son testigos de la guerra entre Autobots y Decepticons, sino que también son aliados clave que ayudan a dar forma al destino de ambas razas.

Abro este tema para abordar esta temática, muchas veces cuestionada, ya que la participación de los humanos ha sido en muchas oportunidades despreciada, pero no cave duda que para quienes conocen y aman esta franquicia desde siempre han podido observar que el enlace y la relación con los humanos es una parte fundamental del desarrollo de su historia.